Bajo el arco ciego de la antigua entrada a San Clemente, en Segovia, un pequeño coro cantaba hoy a mediodía salmos a varias voces, con espléndido resultado, mientras otras personas repartían octavillas animando a participar en la Iglesia Evangélica, creo.
Sin duda, dentro de los templos, la monodia gregoriana no suena mal, pero en la calle es más agradable escuchar una buena polifonía que el estruendo de tambores y cornetas de los cortejos católicos.
Voy a ir, a no ir, por igual a los eventos de una u otra confesión, pero me parece bien un poco de competencia que acabe con el monopolio. Claro que, quizá, la sociedad algún día se desentenderá de los mitos y de las sectas que los alientan y entonces se acabará monopolio y competencia.
Y usted que (D.M.) lo vea.
Sin duda, dentro de los templos, la monodia gregoriana no suena mal, pero en la calle es más agradable escuchar una buena polifonía que el estruendo de tambores y cornetas de los cortejos católicos.
Voy a ir, a no ir, por igual a los eventos de una u otra confesión, pero me parece bien un poco de competencia que acabe con el monopolio. Claro que, quizá, la sociedad algún día se desentenderá de los mitos y de las sectas que los alientan y entonces se acabará monopolio y competencia.
Y usted que (D.M.) lo vea.
2 comentarios:
Fue un evento vivido en carne propia? me parecio muy interesante su artículo.
Hmmm...
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