El Ayuntamiento de Sevilla ha lanzado una campaña (Público, 29-08-08) contra las prostitutas que resulta injuriosa para las trabajadoras del sexo y de un burdo machismo.
Los carteles, en cuya imagen aparece de espaldas un hombre que, tirando de cartera, se supone inicia el trámite de contratación de servicios sexuales, reza con grandes letras: “¿Tan poco vales que tienes que pagar?”
¿Qué entiende el Ayuntamiento de Sevilla por “valer”? Pues sin duda, y si no que lo explique, el hombre que vale será el guapo, simpático, aguerrido, rico, elegante, atractivo, seductor y demás tópicos al uso; ese, según el Ayuntamiento de Sevilla, y como dice el agresivo título de esta nota, puede follar gratis, no necesita acudir a las prostitutas.
La idea que emana del cartel está en el imaginario de esta sociedad desde tiempos inmemoriales: “el hombre que vale para ligar, no tiene que ir de putas pues es capaz de conquistar –llevarse a la cama- a cualquier mujer”. Machismo puro y duro.
Si el alcalde Sánchez Monteseirín (PSOE) quiere con esta campaña acabar con la prostitución, lo tiene claro. De la lógica del propio anuncio se deduce que deben de existir las meretrices para que los hombres “que no valen” puedan utilizar sus servicios.
La injuria para las mujeres que se dedican a esta profesión es evidente: “a ustedes sólo acuden gentes, hombres, sin valor. ¡Qué otros, sino, podrían estar interesados en ustedes!” parece decir el ayuntamiento hispalense.
En el pie del cartel de marras aparece otro letrero que tampoco tiene desperdicio: “La prostitución existe porque tú pagas”. Ese es todo el análisis histórico-sociológico que hace el ayuntamiento sobre esta realidad social.
Pero no acaba aquí la cosa, termina diciendo: “El precio incluye: humillación, vejación, violencia…”. Por si el cliente iba con la mejor intención a contratar, simplemente, una relación sexual, los ediles sevillanos le advierten que tiene también derecho a humillar, a vejar y a ponerse violento con la mujer contratada. ¿No podría perseguirse este cartel por incitación a la violencia contra las mujeres?
El cartelito, mejor diría cartelazo, es todo un dechado de despropósitos.
Sr. Alcalde, retire esa nefasta publicidad y procure que las trabajadoras del sexo tengan sus derechos reconocidos como cualquier otro trabajador para que la mujer que quiera ejercer esa profesión la ejerza sin mayores problemas.Preocúpese de perseguir a los proxenetas y a las mafias que las explotan y, así, la prostitución no será una violenta imposición; ponga los medios para que puedan ganarse la vida de otra manera si lo desean y deje de insultarlas y agredirlas.
Los carteles, en cuya imagen aparece de espaldas un hombre que, tirando de cartera, se supone inicia el trámite de contratación de servicios sexuales, reza con grandes letras: “¿Tan poco vales que tienes que pagar?”
¿Qué entiende el Ayuntamiento de Sevilla por “valer”? Pues sin duda, y si no que lo explique, el hombre que vale será el guapo, simpático, aguerrido, rico, elegante, atractivo, seductor y demás tópicos al uso; ese, según el Ayuntamiento de Sevilla, y como dice el agresivo título de esta nota, puede follar gratis, no necesita acudir a las prostitutas.
La idea que emana del cartel está en el imaginario de esta sociedad desde tiempos inmemoriales: “el hombre que vale para ligar, no tiene que ir de putas pues es capaz de conquistar –llevarse a la cama- a cualquier mujer”. Machismo puro y duro.
Si el alcalde Sánchez Monteseirín (PSOE) quiere con esta campaña acabar con la prostitución, lo tiene claro. De la lógica del propio anuncio se deduce que deben de existir las meretrices para que los hombres “que no valen” puedan utilizar sus servicios.
La injuria para las mujeres que se dedican a esta profesión es evidente: “a ustedes sólo acuden gentes, hombres, sin valor. ¡Qué otros, sino, podrían estar interesados en ustedes!” parece decir el ayuntamiento hispalense.
En el pie del cartel de marras aparece otro letrero que tampoco tiene desperdicio: “La prostitución existe porque tú pagas”. Ese es todo el análisis histórico-sociológico que hace el ayuntamiento sobre esta realidad social.
Pero no acaba aquí la cosa, termina diciendo: “El precio incluye: humillación, vejación, violencia…”. Por si el cliente iba con la mejor intención a contratar, simplemente, una relación sexual, los ediles sevillanos le advierten que tiene también derecho a humillar, a vejar y a ponerse violento con la mujer contratada. ¿No podría perseguirse este cartel por incitación a la violencia contra las mujeres?
El cartelito, mejor diría cartelazo, es todo un dechado de despropósitos.
Sr. Alcalde, retire esa nefasta publicidad y procure que las trabajadoras del sexo tengan sus derechos reconocidos como cualquier otro trabajador para que la mujer que quiera ejercer esa profesión la ejerza sin mayores problemas.Preocúpese de perseguir a los proxenetas y a las mafias que las explotan y, así, la prostitución no será una violenta imposición; ponga los medios para que puedan ganarse la vida de otra manera si lo desean y deje de insultarlas y agredirlas.
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