Me comentaba un amigo a primera hora de la mañana, cuando yo aún no había revisado los diarios locales, que éstos recogían la noticia sobre la campaña que iniciaban la Asociación Salam y el Sindicato de Enseñanza de CCOO de Segovia para recoger material escolar destinado a los niños de, pensé yo, familias inmigrantes marroquíes.Pero, puesto ya a la tarea de hojear los tabloides (El Adelantado de Segovia y El Norte de Castilla del 18-09-08) me percato de que la recogida de material escolar no es para los pequeños marroquíes que van a nuestros colegios sino para enviarlo a Marruecos, a través de la Embajada alauita en España,
Estoy seguro de que la Asociación Cultural de Inmigrantes Salam, que hace un buen trabajo de ayuda a este colectivo en Segovia, tendrá sus motivos para llevar a cabo esta campaña con destino a Marruecos.
Me parece excelente que los niños y niñas marroquíes que no tienen lo imprescindible para ir a la escuela reciban la ayuda necesaria.
También es de agradecer a CCOO que preste su infraestructura para una acción solidaria pero, sin embargo, choca que un sindicato que se define como “socio-político” no haga la más mínima crítica, en la presentación de la campaña, al régimen de Mohamed VI que mantiene en una extrema pobreza a buena parte de su pueblo (y sin dotación a sus escuelas, e incluso, sin escuelas) mientras el monarca gasta sin escrúpulos en una vida regalada y su gobierno agota buena parte de los recursos de un país en desarrollo en, v.g. comprar una ingente cantidad de armamento y mantener un ejército desproporcionado para seguir ocupando ilegalmente el Sáhara Occidental; sólo con lo que gasta en la ocupación podría montar una estupenda red escolar.
Para remate, el material que se consiga se entregará, a través de la Embajada, al mismo gobierno que tiene la responsabilidad del desaguisado que se quiere paliar.
CCOO: Al corazón tiene que regirle la cabeza. ¿O, no?
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