miércoles, 30 de diciembre de 2009

PACTO EDUCATIVO


Se nos anuncia (Público, 30-12-2009) como “viable” y “posible” un pacto educativo entre PP y PSOE. La verdad es que a estas alturas en lugar de ilusión sólo puede despertar desconfianza.
Después de años de indefinición de los unos y de machacona presión de los otros ayudados desde los púlpitos, con un gobierno débil y una total falta de tensión de los sectores implicados, hay que temerse lo peor: un pacto acomodado a las exigencias más reaccionarias.
El gobierno no debería de empezar negociación alguna sin antes dejar claro, entre otras cosas, su decidida apuesta por una escuela pública y laica en un estado laico, tema del que, hasta ahora se ha ido sacudiendo como perro empapado.
Por su parte, el POSE debería sacar el tema a la calle, participar en las diversas plataformas en defensa de la escuela pública y laica, y preparar a la gente ante la posible envestida de la derecha y la Iglesia. Es decir, ha de estar dispuesto a movilizar al personal.
Un hito definitivo para constatar la apuesta del gobierno por la laicidad del Estado, sería la denuncia (o cualquier otra forma legal para derogarlo) del Concordato (ya no se llama así, pero es lo que es) Iglesia-Estado, firmado en los primeros días de enero de 1979, con la Constitución recién aprobada y con un contenido que no la respeta y atufa a nacional-catolicismo pero que, no obstante, viene amordazando a nuestra inacabada democracia durante sus treinta años largos de existencia.
Se argumenta que la ciudadanía es favorable a este acuerdo de Estado. Sinceramente a lo que hay que entender que los afectados (todos) somos favorables es a que se dé una educación de calidad, con inversión suficiente; pactada o no, poco importa.

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