lunes, 14 de diciembre de 2009

A BERLUSCONI LE PARTEN LA CARA

Mal pinta la agresión a Berlusconi (El País, 14-12-2009). Seguro que un par de dientes le hacen subir en el escalafón de aceptación popular.
No sé por qué me ha venido a la memoria una anécdota que me contó, en una ocasión, un amigo.
En el colegio de curas, en el que hizo la Primaria (allá en los primeros 50 del siglo XX) uno de los alumnos se pasaba el día chinchando a los compañeros sin que las repetidas advertencias del fraile-profesor le hicieran desistir de su machacón incordio.
Mientras canturreaban la tabla de multiplicar, una mano proveniente del pupitre de al lado, propinó un bofetón al pertinaz molestador, bofetón cuyo estruendo enmudeció la salmodia matemática hasta que con un: “te lo estabas buscando”, el cura rompió el silencio y zanjo la cuestión.
Alejo de mí este mal recuerdo y hago ostensible un principio en el que creo firmemente: no está bien partirle la cara a un señor por muy mal que te caiga o por más que pueda quedar suplida con ello la injusticia de la justicia que para él se reclama.
La sección de psiquiatría del Policlínico de Milán, llevaba 10 años tratando a Massimo Tartaglia, el agresor.

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