Alguien podrá pensar que hablar a estas alturas del ERE, al que hace referencia el título, está fuera de lugar, al menos de tiempo, ya que se firmó «CON ACUERDO» el pasado 18 de agosto. Es cierto, y he de decir que el vídeo que acompaña este comentario está hecho desde entonces; sin embargo no parecía razonable publicarlo sin una pequeña nota, tras la sequía de meses de este blog.
El curso de lo acontecido en torno a la negociación del ERE puede seguirse día a día e incluso hora a hora, en el blog lagranja.foros.ws y con más precisión en el apartado del mismo al que se accede desde este enlace.
En esta negociación y posterior acuerdo, llaman la atención algunas cosas con relación a la política seguida por la representación de los trabajadores:
- Los 15 despidos, que proponía la dirección de la FCNV, ya los había desestimado la Administración, proponiendo que fueran sólo 8 ¿por qué se detiene la movilización cuando de esos ocho se saca a los miembros del Comité de Empresa? Esto se entiende menos si se tiene en cuenta que, un par de días después de la firma entre el C.E. y la FCNV, daban comienzo las fiestas patronales de La Granja, con la ya, dicen, mundialmente conocida «judiada» y, por lo tanto, un momento inmejorable para dar «caña» con el tema.
- ¿Cómo es que algunos de los trabajadores no supieron que estaban en la propuesta de despido hasta momentos antes de la «rara» asamblea en la que se decide aceptar el ERE y en la que se admiten votos por teléfono?
No quiero insistir en esta línea pues, como queda dicho más arriba, ya se ha comentado por activa y pasiva, con mejor o peor criterio y razón en el foro mencionado.
Sin embargo, si que interesa dejar claro que los ERE, se acierte o no en la negociación del acuerdo, son responsabilidad de las empresas y, en este caso de la FCNV, institución entre cuyos patrono cuenta con representación de cuatro ministerios, de la Junta de Castilla y León, de la Diputación y del Ayuntamiento de La Granja, Es decir que estos organismos, en última instancia, son los responsables de los derroteros empresariales de la Fundación, del nombramiento de los directivos que la han empujado a una situación insostenible y de las funestas consecuencia del ERE para los trabajadores.
Si uno lee el expediente y el acuerdo que lo resuelve, observa que sólo atiende a satisfacer los requerimientos de la parte empresarial pues aunque reconoce causas organizativas y de dejadez por parte del patronazgo, se ventila todo el asunto con el despido de 8 trabajadores y con 51 regulaciones de empleo temporal; también, faltaría más, con un modesto y efímero descuento –que se concreta vagamente– para los sustanciosos sueldos de los cargos directivos.
Podría el ERE haber recogido las respuestas a algunas preguntas que ayudarían a determinar responsabilidades y no que sólo, las tengan o no (que no las tienen) haccérselas pagar, sin más, a los trabajadores. Por citar algunas:
- ¿Qué política de precios ha llevado la dirección que, en algunos casos, vende por debajo de costes?
- ¿Cómo es posible que se exija el despido de 8 trabajadores cuando hacía un par de meses se había contratado personal fijo?
- ¿Por qué la política de personal atufa a nepotismo?
- ¿Por qué se despide, por ejemplo, a personal de limpieza mientras se mantiene contratada ésta con una empresa en la que tiene intereses la dirección del Centro?
- ¿Por qué la solicitud de ERE por parte de la empresa no recoge los criterios para determinar qué puestos de trabajo (no qué personas) son los que hay que amortizar y las razones individualiozadas para hacerlo?
- ¿Cómo, a pesar del sueldo de la dirección, no se exige dedicación exclusiva?
- ¿Cuáles son las medidas que la Junta de Patronos ha ido tomando para enderezar la situación a lo largo de los últimos años de pérdidas?
- ¿Por qué, a pesar de la demostrada mala gestión, la dirección se va de rositas en este asunto?
Sin duda, quien haya conocido más de cerca los avatares de esta empresa podrá seguir añadiendo otros interrogantes.
Por parte de quien escribe, aquí queda el asunto no sin antes mostrar la perplejidad por que, en la única y «recatada» manifestación que hubo por las calles de La Granja, pudimos ver como el alcalde se arrimaba a la pancarta contra los despidos a pesar de ser corresponsable de los mismos en su calidad de patrono. En fin, todo un alarde de ubicuidad.
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