En un comentario del semanario gratuito Gente Segovia, número 207 (consúltalo aquí) a propósito de la inauguración de la estatua que el Ayuntamiento ha erigido a don Antonio Machado en la plaza Mayor de Segovia, se arriesga su autor, un tal Justo Verdugo, a sacar parecido entre la representación escultórica del poeta y Yeyo Quintanilla.
—Como no sea por el espacio que hay —me ha dicho Quintanilla —entre la barbilla y el gaznate o sea, la papada o, quizá, por aquello del «torpe aliño indumentario», no lo veo.
Puede comprobarlo el lector y la lectora en la foto que se incluye; Machado es el de la derecha.
—Está claro —insiste Yeyo —que el tal Justo Verdugo es esto último, verdugo, para Machado y más que justo, generoso conmigo.
Quizá, ya que está la comparación hecha (esto lo digo yo) podríamos evocar otros versos del mismo poema «Retrato» para encontrar algún parecido más allá de las hechuras: «y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, / soy, en el buen sentido de la palabra, bueno».
En fin, un amigo es un amigo.
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