
Sin duda el ánimo por que las cosas acaben de una vez nos hacía concebir la esperanza de que la izquierda abertzale, en Euskadi, se encaminaba a plantearse definitivamente resolver los conflictos, el conflicto, o como se quiera llamar por vías pacíficas y quizá una buena parte de ella así lo pretende. Un nuevo atentado nos deja ver, sin embargo, que
han olvidado decírselo a quien maneja las armas. Pues que se espabilen, de lo contrario el futuro será, está siendo muy negro.
A los demás sólo nos queda indignarnos, rechazar la violencia, cualquiera y, en estos momentos, ésta y solidarizarnos con quienes la padecen, padecemos. ¿Y hacer…? Hacer lo que podamos.
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