Pues sí, diversos medios de comunicación han recogido la noticia de que dios, mejor dicho, su existencia o no, se pone en cuestión a golpe de publicidad adosada en los laterales y traseras de los autobuses urbanos.
Parece que la cosa empezó en el Reino Unido, más concretamente en Londres, con anuncios pagados por los que consideran la posibilidad de que dios no exista.
En Barcelona y, posteriormente en Madrid, han aparecido los primeros anuncios pseudoateos (El País, Público) a los que enseguida ha dado réplica no sé qué Iglesia contratando otra publicidad en la que se dice que sí, que dios existe y que hay que gozar con, perdón, en Cristo.
¿Y los obispos católicos qué? Pues nada que dicen que los propagandistas ateos son unos blasfemos; y que, la libertad de expresión está muy bien siempre que no se ponga en cuestión sus monsergas, pues se puede herir la sensibilidad de sus fieles.
Y, digo yo ¿no podrían reclamar el mismo respeto los ateos, agnósticos, etc. que, v.g. les toca año tras año tragarse los macabro-folclóricos cortejos de su semana santa?
Parece que la cosa empezó en el Reino Unido, más concretamente en Londres, con anuncios pagados por los que consideran la posibilidad de que dios no exista.
En Barcelona y, posteriormente en Madrid, han aparecido los primeros anuncios pseudoateos (El País, Público) a los que enseguida ha dado réplica no sé qué Iglesia contratando otra publicidad en la que se dice que sí, que dios existe y que hay que gozar con, perdón, en Cristo.
¿Y los obispos católicos qué? Pues nada que dicen que los propagandistas ateos son unos blasfemos; y que, la libertad de expresión está muy bien siempre que no se ponga en cuestión sus monsergas, pues se puede herir la sensibilidad de sus fieles.
Y, digo yo ¿no podrían reclamar el mismo respeto los ateos, agnósticos, etc. que, v.g. les toca año tras año tragarse los macabro-folclóricos cortejos de su semana santa?
Por si la moda propagandística-deística-autobusística se consolida y acrecienta, aquí se puede ver un vídeo con propuestas ad hoc.
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