Como siempre, el torero tiene todo a su favor y dará igual cómo lo haga, porque los pitidos parece que no le afectan. Además, siempre tendrá un público entregado que le haga de palmero.
Y todos los demás, cornudos y apaleados. A ver si hay suerte y el toro, esta vez, consigue hacerse notar. No digo más, no sea que alguien piense que hay una metáfora violenta...
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Como siempre, el torero tiene todo a su favor y dará igual cómo lo haga, porque los pitidos parece que no le afectan. Además, siempre tendrá un público entregado que le haga de palmero.
Y todos los demás, cornudos y apaleados. A ver si hay suerte y el toro, esta vez, consigue hacerse notar. No digo más, no sea que alguien piense que hay una metáfora violenta...
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