La marea azul que nos ha venido encima en las elecciones municipales, le trae a uno el recuerdo de otras épocas cuando en estos pagos, inmersos en la dictadura, lo más habitual era pensar, para intentar capear el temporal, en largarse a algún país de la entonces Europa de las libertades: Francia, Italia, Alemania...
Hoy, pensar en alguna solución similar para ponernos a resguardo del ahogo que se avecina es un imposible; mires en la dirección que mires no pudes ir más allá de la humillante resignación.
Pero ante la penumbra del azul añéjo, «Siempre nos quedará...» el brillo fulgurante de la Puerta del Sol.
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